SERVIDORES DE LA ALEGRÍA
EN LA SAGRADA ESCRITURA:
“Un hombre feliz hace tanto bien como una medicina” 0: “Corazón alegre favorece al cuerpo (ver: Biblia de la conferencia episcopal española) O: “Corazón contento mejora la salud (ver: Biblia de Jerusalén) O: “El buen humor hace bien al organismo (ver: Biblia Latinoamericana, edición pastoral)” (Prov 17 ,22).
“El fruto del Espíritu es: amor, alegría y paz, paciencia, afabilidad, bondad, lealtad, modestia, dominio de sí. Contra estas cosas no hay ley” (Gal 5, 22).
“Aun cuando mi sangre fuera derramada, me alegraría y congratularía con ustedes. De igual manera, también ustedes alégrense y congratúlense conmigo” (Flp 2, 17-18 ver: Biblia Latinoamericana, edición pastoral).
“Alégrense siempre en el Señor, vuelvo a decirles y a insistirles, alégrense. Que la bondad de ustedes sea conocida por todos los hombres, El Señor está cerca, no se angustien por nada y en cualquier circunstancia recurran a la oración y a la súplica acompañada de acción de gracia para presentar sus peticiones a Dios. Entonces, la paz de Dios que supera todo lo que podamos pensar tomará bajo su cuidado los corazones de ustedes y sus pensamientos en Cristo Jesús” (Flp 4, 4-5).
“Eviten la amargura, los arrebatos, la ira, los gritos, los insultos y toda clase de maldad. Por el contrario, sean mutuamente buenos y compasivos, perdonándose los unos a los otros como Dios los ha perdonado en Cristo” (Ef 4, 31-32).
EN LOS PAPAS:
El Santo Padre Benedicto XVI en la Homilía inaugural de su Pontificado en 24 de abril del 2005, nos dijo, que “la tarea del pastor, del pescador de hombres, puede parecer a veces gravosa. Pero es gozosa y grande, porque en definitiva es un servicio a la alegría, a la alegría de Dios que quiere hacer su entrada en el mundo”.
“La alegría profunda del corazón es una condición indispensable para el sentido del humor: el humorismo es, en cierto modo, la medida de la fe” Papa Benedicto XVI (Año 2010).
El sencillo y sabio Beato Papa Juan XXIII decía “Sé suficientemente humilde para no tomarte demasiado en serio, para no dramatizar sin razón, para saber bromear de tus límites, debilidades y manías y las de los demás y, no obstante, continuar amándote y amándoles”.
El Santo Padre, Beato Juan pablo II (aloc 24-11-1979) “La alegría cristiana es una realidad que no se describe fácilmente, porque es espiritual y también forma parte del misterio. Quien verdaderamente cree que Jesús es el Verbo Encarnado, el Redentor del hombre, no puede menos de experimentar en lo íntimo un sentido de alegría inmensa, que es consuelo, paz, abandono, resignación, gozo… ¡No apaguéis esta alegría que nace de la fe en Cristo crucificado y resucitado! ¡Testimoniad vuestra alegría! ¡Habituaos a gozar de esta alegría!”
EN OTROS
Santo Tomás “La alegría es el amor disfrutado: es su primer fruto. Cuanto más grande es el amor, mayor es la alegría”
En el libro “En el nombre de la rosa” hay un párrafo que describe claramente cuáles son las estrategias con las que el diablo ataca el corazón del que busca vivir en plenitud. Dice el protagonista: “el diablo no es el príncipe de la materia sino la arrogancia del espíritu, la fe sin sonrisa. El diablo es sombrío porque sabe adónde va, hacia el sitio de dónde procede. Vive en las tinieblas. Lo que separa a un cristiano del demonio no es que él tenga fe y el diablo no, sino el hecho de que el creyente ve su fe desde la sonrisa y sabe crear sonrisas desde su fe”.
Dostoievsky hace gritar a uno de sus personajes en “Los hermanos Karamazov”: “amigos míos, no pidan a Dios el dinero, el triunfo o el poder. Pídanle lo único importante, la alegría”.
Dice un proverbio chino: “No es posible evitar que las aves del dolor vuelen sobre nuestras cabezas, pero podemos impedir que aniden en nuestros cabellos”.
¿Cuáles son las características de la alegría cristiana?
-Es libre: transciende la propia realidad. No se siente apegada a nada ni a nadie. No nace del tener, porque descubre que las cosas no dan la felicidad plena. No necesita del triunfo, el halago o el dominio; más bien crece en el servicio, la entrega y el silencio.
-Es pacífica: ama el diálogo; evita la agresividad; no pierde el control de sí misma, no pierde los estribos, evita el resentimiento.
-Es profunda: va siempre al interior de la persona.
-Es inagotable: está centrada en el manantial del Espíritu Santo.
-Es humilde: evita toda vanagloria porque no la necesita, el nacer de Cristo es suficiente.
-Es solidaria: siente como propio el dolor y el padecer del hermano.
-Es contagiosa y comunicativa: no se reserva para sí misma. La alegría llama a la alegría. Crece en la profundidad del encuentro y en lo íntimo de la amistad, amistad con Cristo y con el hermano.
-Nace de dentro: porque es fruto del Espíritu Santo.
Bienaventuranzas de la Alegría de Santo Tomás Moro
• Dichosos los que saben reírse de sí mismos, porque no terminarán nunca de divertirse.
• Dichosos los que saben distinguir una montaña de una piedra, porque se evitarán muchos inconvenientes.
• Dichosos los que saben descansar y dormir sin buscarse excusas; llegarán a ser sabios.
• Dichosos los que saben escuchar y callar; aprenderán muchas cosas.
• Dichosos los que son suficientemente inteligentes para no tomarse en serio: serán apreciados por sus vecinos.
• Dichosos los que están atentos a las necesidades de los demás, sin sentirse indispensables: serán dispensadores de alegría.
• Dichosos ustedes cuando sepan mirar seriamente a las cosas pequeñas, y tranquilamente a las cosas importantes: llegarán lejos en la vida.
• Dichosos ustedes cuando sepan apreciar una sonrisa y olvidar un desaire; vuestro camino estará lleno de sol.
• Dichosos ustedes cuando sepan interpretar con benevolencia las actitudes de los demás, aún contra las apariencias: serán tomados por ingenuos, pero este es el precio de la caridad.
• Dichosos los que piensan antes de actuar y rezan antes de pensar; evitarán muchas necedades.
• Dichosos ustedes sobre todo cuando sepan reconocer al Señor en todos los que encuentren: habrán encontrado la verdadera luz y la verdadera sabiduría.
“La meta definitiva no es la vejez y la muerte, es la vida y la resurrección. Eso es motivo de alegría, eso es la verdadera motivación para vivir y morir envueltos en la ALEGRÍA CRISTIANA”